Jesús dijo que aquellos que hacen la voluntad del Padre entrarán en el reino de los cielos, entonces ¿cuál es la voluntad de Dios? | Sermones Cristianos 14
Este artículo resume el sermón dominical del Pastor Paul C. Jong, el siervo de Dios en The New Life Mission.
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Veamos la escritura de hoy.
Mateo 7:21,
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos."
Mirando los versículos de las escrituras que preceden a nuestro texto principal, Jesús habló sobre falsos profetas y dijo que entráramos por la puerta estrecha.
El texto principal establece que para entrar en el reino de los cielos, uno debe hacer la voluntad de Mi Padre que está en los cielos.
¿Quiénes son aquellos que hacen la voluntad del Padre?
Cuando las personas escuchan que deben hacer la voluntad del Padre, piensan que deben hacer algo ellos mismos. Muchas personas piensan que necesitan hacer algo de su parte, como vivir rectamente ante el Señor o servirle bien ofreciendo algo. Sin embargo, ¿es esto realmente hacer la voluntad del Padre?
Si sirves celosamente al Señor de esta manera según tus propios pensamientos y vienes ante Él, Mateo 7:22–23 dice:
"Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, vosotros que practicáis la iniquidad.'"
Entonces, ¿qué significa hacer la voluntad de Dios?
Juan 3:18 habla sobre esto:
"El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios."
En otras palabras, la voluntad de Dios es que el propósito de crear a la humanidad fue enviar a Su Hijo, Jesús, como nuestro Salvador a la tierra para que, al creer en lo que Él logró para salvar a la humanidad del pecado y el juicio, los creyentes puedan entrar en el reino de los cielos.
El nombre "Jesús" significa "Él salvará a Su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21). Y "Cristo" significa "el ungido" — ¿quién recibe esta unción? El Sumo Sacerdote, el Rey y el Profeta reciben la unción. De esta manera, Jesucristo fue enviado por el Padre como el Sumo Sacerdote celestial, el Rey de reyes, y como el Profeta que proclamó esta verdad.
Jesús vino a esta tierra y cumplió la voluntad del Padre salvando a todos nosotros, la humanidad, de todos los pecados, tal como dice el nombre Jesús, y permitiendo que aquellos que creen en esa salvación y están sin pecado entren al cielo.
Entonces, ¿qué hizo Jesús para cumplir la voluntad del Padre? ¿Cuál fue Su ministerio ante el Padre?
Mateo 3:15–17
"Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia."
Cuando Jesús vino a la tierra como el Sumo Sacerdote celestial y el Cordero de Dios, a la edad de 30 años cuando comenzó Su ministerio público, fue bautizado por Juan el Bautista, el último sumo sacerdote en la tierra, y así cumplió "toda justicia". Al tomar todos los pecados del mundo a través del bautismo sobre Su carne, Él eliminó todos los pecados del mundo y cumplió la voluntad de Dios.
El bautismo lleva el significado de "transmitir", "enterrar", "ser transferido" y "ser lavado", como la imposición de manos, lo que significa que Jesús quitó todos los pecados del mundo a través de Su bautismo.
Ser bautizado, recibir la transmisión de pecados y ser sumergido en agua simboliza la muerte. Esto significa que Jesús tomó todos los pecados del mundo a través del bautismo y recibió el juicio por nuestros pecados en la Cruz, y Su salida del agua significa Su resurrección de la muerte, dándonos nueva vida eterna.
Por lo tanto, Dios el Padre vio que Jesús había cumplido "toda justicia" a través del bautismo y dijo: "Este es mi Hijo amado", y se deleitó.
La sangre en la Cruz es el resultado.
Jesús no simplemente derramó sangre en la Cruz sin transferir pecados a través del bautismo. La sangre de la Cruz es el "resultado" de ser bautizado.
De esta manera, Jesús fue bautizado para cumplir la voluntad del Padre, cargó con todos los pecados de este mundo, y salvó a toda la humanidad de todos los pecados al recibir el juicio en la Cruz en nuestro lugar. Y resucitó y permitió que aquellos que creen en Su obra entren en el reino de los cielos, que es la vida eterna.
Esta es la voluntad de Dios y 'el propósito para el cual nos creó'.
Por lo tanto, no podemos entrar al cielo sin conocer la voluntad de Dios el Padre.
Así como Jesús fue bautizado, fue juzgado en la Cruz, derramó Su sangre y nos salvó de todos los pecados para cumplir la voluntad del Padre, debemos creer en la verdad de la salvación tal como Jesús la llevó a cabo, y difundirla tal cual es.
No entramos al cielo haciendo algo de nuestra parte, sino creyendo en el evangelio del agua (bautismo) y el Espíritu que el Señor ya ha logrado para nosotros.
Sin esto, no podemos entrar en el reino de los cielos. Creer esta verdad es lo que debemos hacer ante el Señor.
Creer en el ministerio que Jesús realizó para salvarnos de todos los pecados es conocer la verdad, quedar libre de pecado y hacer la voluntad de Dios.
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Recomiendo encarecidamente "¿VERDADERAMENTE HAS NACIDO DE NUEVO POR AGUA Y EL ESPÍRITU?", que es el primero de las muchas colecciones de sermones del Pastor Paul C. Jong.
Este libro explica en detalle cuál es la voluntad de Dios a través de versículos bíblicos, y espero que al buscar y escuchar este mensaje, usted se convierta en alguien que entra al cielo de acuerdo con la voluntad del Padre.
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